La mayor parte de problemas de salud en la edad adulta están intrínsecamente asociados a una mala dieta alimenticia y, por ende, a malos hábitos alimenticios. Esto puede provocar, por ejemplo, valores elevados de colesterol y triglicéridos, que son factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Otra consecuencia es la anemia o el sobrepeso, las cuales pueden propiciar la malnutrición, condición que coloca al adulto mayor en vulnerabilidad frente a otras enfermedades.
Debemos cuidar la alimentación de los adultos mayores, sobre todo si ya estos ya sufren de cualquier tipo de padecimiento de salud. Es importante estar al día con sus chequeos médicos y tomar en cuenta cualquier restricción alimenticia o recomendación importante por parte de sus doctores o proveedores de atención médica.
Una alimentación saludable resulta de vital importancia porque mejora la calidad de vida, ayudando a los adultos mayores a mantenerse vitales y activos. Es muy común que a edades avanzadas las defensas disminuyen e incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades, las cuáles requieren de dietas especiales para complementar las carencias nutricionales que conlleva la adultez. Si se requiere alimentación especial por problemas de salud, es importante contar con orientación del profesional médico y nutricionista que evalúe el caso.
Los expertos proponen ciertas recomendaciones generales para proporcionar una alimentación saludable a los adultos mayores:
- Consumir al menos tres comidas al día (desayuno, almuerzo y cena).
- Mantener horarios de alimentación definidos y no se saltar tiempos de comidas
- Incluir todos los grupos de alimentos diariamente a la dieta: lácteos, carnes, cereales, verduras y frutas.
- Consumir preferentemente aceite vegetal.
- Reducir el consumo de grasas procesadas.
- Consumir refrescos naturales y evitar las bebidas gaseosas y jugos industrializados.
- Disminuir la cantidad de azúcar, sal y condimentos en las comidas.
- Beber por lo menos dos litros de agua por día contenidas en las comidas, refrigerios y bebidas.
- Elegir alimentos de fácil masticación cuando sea necesario.
- Suprimir el consumo de tabaco y evitar el alcohol.
Una alimentación balanceada acompañada con actividad física ayudará a los adultos mayores a lograr una mejor calidad de vida, lo que significa una reducción en el riesgo de morbilidad y mortalidad, por lo que su tratamiento resulta esencial para prevenir la malnutrición y el padecimiento de enfermedades.
¡Come sano y previene la malnutrición!
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