Guía del Programa de Negociación de Precios de Medicamentos de Medicare

Estimado Administrador Seshamani:
El Consejo Nacional Hispano del Adulto Mayor (NHCOA, por sus siglas en inglés) le insta a reconsiderar su guía de implementación publicada para el Programa de Negociación de Precios de Medicamentos dentro de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés). Este programa afecta negativamente la innovación médica y el acceso a medicamentos críticos de los que dependen innumerables adultos mayores cubiertos por Medicare Parte D. Las minorías, incluyendo los adultos mayores hispanos, sufrirían indebidamente como resultado de la disminución de los avances médicos. El programa de fijación de precios de IRA va en contra de la misión de la comunidad científica de producir nuevos medicamentos que ayuden a las comunidades desfavorecidas a superar las barreras que les impiden acceder a una atención sanitaria de mayor calidad. Como organización dedicada al bienestar de los hispanoamericanos mayores, nuestras preocupaciones con la implementación de la IRA por parte de los CMS son numerosas.

En primer lugar, las guías no tienen en cuenta lo aprendido en materia de equidad sanitaria en los últimos años. Cuando salimos de la pandemia del COVID-19, se hicieron evidentes para muchos los retos sanitarios únicos a los que se enfrentan las comunidades minoritarias. En 2022, NHCOA llevó a cabo una encuesta entre votantes negros e hispanos en la que descubrimos que la mitad de los votantes de color experimentan barreras a la atención cuando se trata de nuestra atención sanitaria¹. Las disposiciones de fijación de precios en la IRA desincentivarían drásticamente las innovaciones en medicamentos, que pueden ser útiles para superar las barreras a la atención para ciertas afecciones. Nuestro país debe trabajar duro para garantizar que las comunidades minoritarias, incluidos los ancianos hispanos, puedan acceder mejor a los medicamentos que necesitan. Esta guía no proporciona detalles sobre cómo eliminaría las barreras a la atención.

Además, el lenguaje que rodea a la Parte D de Medicare, en particular, perjudicaría enormemente a los adultos mayores hispanos inscritos en el programa. Al obligar artificialmente a que los medicamentos se vendan a un precio determinado, la capacidad de los fabricantes para producir a niveles que satisfagan las demandas críticas se vería significativamente limitada. Con menos incentivos para invertir en innovación, se frenarían los esfuerzos de investigación y desarrollo y, en última instancia, los beneficiarios de Medicare tendrían menos opciones de tratamiento y terapia a su disposición. 

Esta ruptura de la Parte D de Medicare, tal y como se ha expuesto, demuestra un fracaso a la hora de reconocer las verdaderas formas en que podemos abordar los retos a los que se enfrentan los hispanos mayores en lo que respecta a la atención sanitaria. Nuestro gobierno debería asegurarse de que los intermediarios de medicamentos pasen los descuentos y reembolsos a los pacientes, que se eliminen los acumuladores de copagos y que se frustren las prácticas de aumento de precios de los PBM. Si nos tomamos en serio ayudar a los mayores a costearse sus tratamientos, habría que dar prioridad a la aplicación de estas soluciones significativas.

Una vez más, le instamos a que reconsidere los elementos de estos lineamientos y tenga en cuenta las posibles consecuencias que tendrá en las comunidades de color, especialmente en las personas mayores. Le instamos a que colabore estrechamente con las partes interesadas y los grupos de pacientes para encontrar formas de explorar verdaderamente soluciones que aborden las barreras a la atención en el sistema sanitario, en particular las de las comunidades de color y los adultos mayores.