Es normal que dentro de las familias, sin importar de que forman estén conformadas, peleen por dinero, pero la situación puede llegar a ser aún mas complicada en las familias de cuidadores con recursos limitados. El costo de las actividades relacionadas con el cuidado como la contratación de asistentes o enfermeros/as, la compra de suministros y la cobertura de copagos médicos y de farmacia afecten negativamente el bolsillo.
Según el informe “Caregiving in the U.S. 2020” de AARP y la National Alliance for Caregiving,“ aproximadamente uno de cada cinco cuidadores experimenta una gran presión económica a consecuencia de brindar cuidados. Esto es especialmente cierto para las personas que prestan cuidados de gran intensidad durante más de 21 horas por semana, quienes con frecuencia agotan sus ahorros y se endeudan.
Sin embargo, estos “conflictos” a veces no solo son de carácter monetario, si no se puede ser la diferencia de prioridades entre los miembros de la familia. El cuidador, la persona que recibe los cuidados y otros familiares pueden tener posiciones diferentes sobre varios temas y, en consecuencia, discutir airadamente. El resultado puede ser un encono que divide a las familias durante los años del cuidado y más allá.
Conozca algunos consejos para mantener una relación estable y evitar conflictos entre el cuidando, el cuidador, y el resto de la familia, basados en una guía de AARP:
- Baje el nivel de las emociones: un enfrentamiento acalorado no aportará nada a la situación, para poder resolverlo es necesario que los familiares puedan establecer antes algunas reglas básicas sobre cómo van a mantener un tono respetuoso mientras resuelven las diferencias: sin gritos, acusaciones ni ataques hirientes intencionados.
- Siempre sea empático: no alcanza con solo no enojarse. Cuando los integrantes de la familia que no están de acuerdo sienten que se los escucha y comprende y que a todos les preocupa el bienestar de cada uno, los vínculos que los unen se fortalecen. La empatía mutua reforzará la relación y hasta puede servir de base para un acuerdo posterior sobre las mismas cuestiones de dinero.
- Decida las cuestiones importantes en forma conjunta: para las decisiones más importantes que surjan —por ejemplo, vender la vivienda familiar para ayudar a cubrir la atención de un padre en un hogar de ancianos—, todos los miembros de la familia, incluso los que no están en la primera línea del cuidado todos los días, deberían sentir que se busca y se respeta su opinión. Por lo general, son esos integrantes de la familia que sienten que su voz no se escucha los que protestan con más estruendo y desencadenan las peleas más intensas.
- Si es necesario busque ayuda profesional: si los miembros de una familia con cuidadores no pueden hallar la manera de dejar de discutir sobre dinero, deberían considerar reunirse con un consejero pastoral, un terapeuta familiar o un mediador profesional.
Recuerde que los conflictos pacíficos son normales y saludables, en la medida en que se puedan resolver de manera satisfactoria, sin embargo, recuerde que es necesario bajar la intensidad de las emociones negativas y analizar conjuntamente las decisiones importantes para todos.
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