La población latinoamericana se ve afectada cada vez más por el padecimiento de la obesidad y sus efectos negativos en la salud. Se cree que nos enfrentamos a una epidemia de obesidad a la vez que aún nos recuperamos de la pandemia de COVID-19. El virus del coronavirus ha incrementado el número desproporcionado de latinos que se encuentran lidiando con la obesidad y el control del peso ahora en día.

Según la Oficina de Salud de las Minorías, casi el 80% de las mujeres latinoamericanas se clasifican como obesas o con sobrepeso, en comparación con el 64% de las mujeres blancas no hispanas. En 2018, los latinoamericanos tenían 1.2 veces más probabilidades de ser obesos que los blancos no hispanos. Esta situación no es muy diferente entre los jóvenes, ya que son aproximadamente 1.8 veces más propensos a ser obesos en comparación con los jóvenes blancos no hispanos. 

Para los participantes de los grupos focales desarrollados por NHCOA en 2022, la obesidad es un problema creciente para los latinos, especialmente para los niños. En general, los participantes atribuyeron la obesidad a un estilo de vida sedentario. Dicho hábito aumentó para muchos durante la pandemia, debido a la falta de actividad física y al incremento de tiempo que dedicaban a sus aparatos electrónicos.

Por otro lado, los cambios negativos en el estilo de vida, el estrés, la soledad, la salud mental, las consideraciones financieras, las prácticas culturales y la falta de educación y de herramientas para mejorar la salud también se perfilan como agravantes del aumento desmedido de esta enfermedad entre los latinos.

Todos estos factores han condicionado el nivel de salud de los migrantes latinos, especialmente porque su rutina y modo de vida ha cambiado radicalmente en comparación al que acostumbraban en sus países de origen. Otros factores que juegan un rol en esta problemática son el acceso reducido a información sobre cuidado de su salud y la falta de alimentos de calidad asequibles. 

Las personas con sobrepeso y obesidad son más propensas a sufrir de presión arterial alta, altos niveles de grasa en la sangre, diabetes y colesterol LDL; enfermedades y condiciones que hoy en día son comunes entre los Latinos. 

De acuerdo a los participantes del grupo focal, los niños latinos son los más afectados por la obesidad. Ellos sugirieron centrarse en la importancia cultural de los alimentos que se dan desde la niñez y los hábitos alimenticios. Empezando por educar a los padres y abuelos para difundir la conciencia y conducir a esfuerzos de prevención más eficaces y coherentes.

Esto refuerza la necesidad de acceder a un servicio médico de calidad y al alcance de las comunidades que lo necesitan. Es fundamental que grupos sociales y comunidades desarrollen iniciativas para crear conciencia sobre la obesidad y reducir su estigma.

Considerando que la obesidad es una enfermedad tratable y es causada  en su mayoría  por la falta de conciencia y educación, es necesario incorporar prácticas y hábitos saludables a través de las comunidades. Especialmente, una educación que esté basada en las características, rasgos y realidades únicas de nuestras comunidades latinas dentro y fuera de Estados Unidos.

La educación sobre la obesidad, la incorporación de actividad física y el cambio gradual de costumbres alimenticias aseguran la disminución del padecimiento de obesidad. Es necesario apostar por desarrollar iniciativas que permitan a los latinos mantenerse activos a la vez que se entretienen y desarrollan como el baile, juegos al aire libre, caminar o correr a diario. La obesidad es una pandemia que se puede enfrentar con prácticas saludables y una buena alimentación.